Page 7 - Nemachtia Diciembre
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La consideración central que está presente en mí, Esta comprensión útil para la niña y para sus padres,
trabajando con los pacientes, es la siguiente: La emoción y arranca de la integración de las dinámicas afectivas que
su registro son factores de integración de la personalidad. alcanzamos a través de poder identificar en uno mismo
En esta consideración está incluida la experiencia que estos afectos avanzando en la construcción de una
relato a continuación. identidad lo más integrada posible, es decir, sin anular los
afectos. Los padres registran emociones derivadas de su
Al poco tiempo de esta conferencia internacional, realicé un interacción con los hijos. Este registro influye en el
viaje de descanso con mi familia y algunos íntimos amigos desarrollo emocional de todos los participantes. Crecemos
al continente africano. La experiencia fue intensa, había a través de sucesivos registros de emoción en el seno de
comprado unas telas de vivos colores en un mercado relaciones significativas como en esta ocasión, una madre
popular. Al llegar a nuestra habitación y enseñarles a mi y su hija; una mujer adulta revisando su preocupación
familia aquellas preciosas telas, “paradójicamente” mis ojos conmigo en su sesión de tratamiento psicoanalítico. Yo
se llenaron de lágrimas por la emoción. El implícito de la misma al escribir esta experiencia también estoy
ocasión que ahora estoy relatando es el siguiente: ese registrando de nuevo una experiencia significativa que
momento de emoción intensa, con mi familia, con mis hizo mella en mí. Este tipo de experiencias nos
amigos, mostrando aquel tesoro, que me llevaría conmigo, acompañan durante toda la vida. Son experiencias
conectó con otros momentos en los que llegábamos a casa, afectivas que quedan en nuestra memoria. Los afectos
mi madre y yo, y “entusiasmadas” enseñábamos las telas son los principales organizadores de la experiencia, como
recién compradas con las que confeccionaríamos algún nos dice Stolorow (1992), yo añadiría, que su registro es
vestido. Mi madre era modista, disfrutaba con su tarea y yo imprescindible para el desarrollo emocional.
participé desde muy niña en su pasión por su trabajo.
Nuestra relación era estrecha. Desafortunadamente la perdí
pronto, ella murió joven, enfermó en la plenitud de su CONTEXTOS
madurez. Su pérdida está presente en mí y se evoca de DE UNA
nuevo, en aquellas ocasiones en las que me emociono
intensamente en un contexto significativo, como puede ser
el contexto íntimo familiar o de amistad. Poder escuchar y PSICOANALISTA
leer a Stolorow en su libro Trauma y existencia humana
(2007), me fue útil tanto para una propia comprensión de
mis afectos como para poder comprender mejor a mis
pacientes contribuyendo, también, con algunos de estos
desarrollos en la sesión clínica junto a otros profesionales.
Un ejemplo de mi práctica terapéutica de lo que acabo de
describir es el trabajo con una joven madre que consultaba
a raíz de su reciente separación de pareja. Pudimos
trabajar juntas en la sesión de análisis, a raíz de su
preocupación para ayudar a su hija de 6 años a integrar sus
emociones, lo siguiente: “ahora cuando llevo a mi hija a los
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“caballitos ” me doy cuenta de que su gesto espontáneo de
saludarme es menos intenso que antes, ella tiene ahora un
fondo triste”. Animé a la madre a que utilizara su propia
comprensión de la experiencia explicitándola así: “Cuando
más contenta estas, haciendo lo que más te gusta con
mamá, es cuando te acuerdas de papá y te gustaría que él
también estuviera aquí mirándote”.












NÚMERO 5/ DICIEMBRE 2018 7

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